PEREGRINACIÓN A ROMA:
La primera quincena de julio casi 100 jóvenes del Arciprestazgo de Alcorcón, donde se incluye nuestra parroquia, hemos realizado una peregrinación a Roma, con motivo del «Año de la Fe». Allí, delante de la tumba de San Pedro y San Pablo («comunas de nuestras fe»), que murieron profesando la fe en Jesús, hemos renovado nuestra fe, rezando el Credo. Os dejamos el testimonio de una de las peregrinas.
Todo depende del cómo, y el cómo solo depende de ti.
Bienvenidos, Welcome, Bienvenue, Wilkomen to Roma’13 o lo que bien podríamos llamar «vacaciones familiares».
Unos más pronto y otros más tarde nos fuimos apuntando a la peregrinación que había organizado el Arciprestazgo de Alcorcón, pero como siempre, allí había hijos adoptivos por todas partes.
Íbamos a profesar nuestra fe juntos ante la tumba de San Pedro (Vaticano), pero no sabíamos que nos íbamos a llevar muchas más cosas por añadidura. Ampliamos mapa y nos empapamos de santos: Ars, Asís, Santa Clara, etc., con la esperanza de que algún día seamos como ellos.
Tuvimos tiempo para rezar y conocer todo tipo de iglesias: desde la obra maestra de la Sagrada Familia de Gaudí, como el clásico Gesú, o alguna modernidad de Niza, siempre con San Pedro, San Pablo “extramuros”, Santa María la Mayor y San Juan de Letrán como referentes.
Pero también tuvimos tiempo de risas y sonrisas, nos bailamos todo gracias a Tamerón la primera noche, nos unimos a las fiestas del barrio donde dormíamos en Florencia, o mismamente en los asientos del bus gracias a Carlos y su guitarreo.
Le dimos más de mil caprichos a la vista con miradores nocturnos de Florencia; con la belleza de Aviñón, digna de residencia papal; y la armonía que transmitía Siena. Aunque también pusimos a prueba la vista al ver Pisa y cómo no echar la mítica foto sujetándola.
Veníamos con muchas ganas entremezcladas con algo de pereza de volver a irnos de casa por unas semanitas.
Traíamos la maleta llena de oraciones y personas, pero aun así han entrado muchísimas sorpresas y regalos para los que allí se quedaron.
Nos llevamos historias que contar, más de las que hubiéramos imaginado. Pues no sé cómo lo hace el Jefe que siempre consigue sorprenderme con algo nuevo; que lo mismo de repente aparecen unas divas en el bus, conozco a la futura San Pablo (o más bien Santa Silvia), como te cuenta “Pollo” que se ha confesado o estas dirigiendo el rosario en Lourdes.
Una vez más, la mejor opción fue dejarse hacer, y saber que con Él todo se puede. Que como bien decía al principio: todo depende de ti.
Y pupada al canto: mirad ese TI, es una cruz (la T) y un monigote al lado (la I), o sea, si permaneces con él, si vives eso de que «el camino no lo hacemos solos» verás lo que es felicidad, lo que es disfrutar hasta cuando pasas más de 24 horas sin ver una ducha, tu retrete desaparece para dar paso a un hueco en el suelo o el saco forma parte de tu nuevo look «fiesta pijamas».
Que, una vez más, hemos podido comprobar que no se necesita nada para ser grande y pasarlo en grande; que me sobra y me basta con una buena compañía y fiarme del de arriba.
Agradeceros a todos y cada uno de vosotros, porque somos un puzle gigante que hemos encajado a la perfección en este bus.
Agradecer en especial a Mis “Nicas” por una vez más tumbar nuestro número para hacerme sentir el infinito. Y recordarles que ahora es tarea nuestra tomar el relevo de “Papi César” para mantener la familia en pie.
Y agradecer a los sacerdotes, por ser y transmitir la felicidad en el Señor como los que más, por ser unos pequeños grandes «curitas».
A los jefes por ser la definición de «Príncipes» más buenos del mundo mundial aun intentando ser los jefes durillos que no han conseguido.
Y por último, a nuestro súper-conductores, Baltasar y José, por, además de su maestranza a manos del volante, habernos adoptado a lo papas y dejarse querer tanto.
Elisa Martín
Para poder ver las fotos, pincha en el enlace:
http://www.flickr.com/photos/parroquiainmaculada/sets/72157634977065532/
